La sabiduría bajó desde la región de su inconmensurable Luz, porque vio una Luz superior a ella y quiso alcanzarla, dejó de realizar sus ministerios y este solo hecho permitió a la sabiduría descender al caos, el caos apresó la sabiduría le robó su luz y la abatido inmisericordemente.
La Sabiduría pierde su luz y es como un mortal más abatido por los afanes y las necesidades que crea el caos, se pierde la Luz, se pierde el recuerdo de lo alto, perdemos el recuerdo eterno de lo que hemos sido, siempre Luz con el infinito, solo la misericordia ha sido capaz de venir a rescatar a la sabiduría, la Luz del Cristo es, ha sido y será el único sendero que conducirá a la sabiduría a la liberación, nuestro espíritu que duerme en el sueño de los olvidados es pues, la sabiduría abatida por el poder del caos.
La misericordia desde lo alto vio el sufrimiento de la sabiduría, que es nuestro propio sufrimiento, nuestro dolor y baja al mundo de los humanos, al mundo del caos y adopta forma humana para rescatarnos, mostrándonos el camino, el sendero que nos conduce a la liberación de la atadura y de los grilletes de la muerte.
Alabanza de la Sabiduría a la Luz de todas las luces.
Yo daré gracias a ti, Oh! Luz, porque tú eres una salvadora, tú eres libertadora por siempre.
Yo entonaré este canto a la Luz porque me ha salvado y me ha liberado de las manos de los regidores, mis enemigos.
Y tú me has preservado en todas las regiones, tú me has salvado de las ataduras y de las profundidades del caos y fuera de los Aeones de los regidores de la esfera.
Y cuando yo salí de las alturas, y recorrí las regiones en que no hay luz, y yo no podía regresar al treceavo Aeón, mi morada.
Porque no había en mí luz ni poder. Mi poder se había debilitado completamente.
Y la luz me salvó de todas mis aflicciones. Yo entoné alabanzas a la Luz, y me escuchó cuando yo estaba restringida.
Me guió en la creación de los Aeones para llevarme al décimotercer Aeón, mi morada.
Yo te daré gracias, Oh! Luz, porque me has salvado; y por tus grandiosos trabajos entre la raza de los hombres.
Cuando me faltó mi fuerza, tú me diste, y cuando me faltó luz, tú me inundaste con luz purificada.
Yo estaba en las tinieblas y en la sombra del caos, apresada por los terribles grilletes del caos, y no tenía ninguna luz.
Porque yo he provocado a quien comanda la Luz y lo he transgredido, y he encolerizado a quien comanda la Luz, porque yo había salido de mi región.
Cuando yo descendí, y perdí mi luz y me quedé sin luz, nadie me ayudaba.
Y en mi aflicción, entoné alabanzas a la Luz, y me salvó de mi aflicción.
Y también me rompió mis ligaduras y me sacó de las tinieblas y de la aflicción del caos.
Yo te daré gracias a ti Oh! Luz, que me has salvado y por tus maravillosos trabajos que has llevado a efecto en la raza de los hombres.
sábado, 24 de diciembre de 2011
Suscribirse a:
Entradas (Atom)