Ciertamente la espiritualidad es un camino donde solo los decididos, logran conocer los grandes misterios y los secretos que conducen al reino de la Luz.
El que es nacido de carne, carne es, pero el que es nacido de espíritu, espíritu es, el nacimiento segundo no es solo un concepto espiritual, es más allá de eso, es una vida enmarcada en una senda altamente alquimista, donde se debe ser un verdadero mutante de las emociones y sentimientos negativos creados en el trasegar por el mundo de las impresiones y de los supuestos mentales, que destruyen y transforman nuestra originalidad pristinal de donde todos hemos surgido.
Nacer de nuevo es retomar la senda de la pureza y la castidad, es el camino que nos libera de la esclavitud, del error y del dolor.
Ciertamente el cuerpo es como la cárcel de ese verdadero ser que mora en lo más profundo e innoto de nuestro interior tranquilo, colmado de paz y paciencia infinita, esperando nuestro despertar; quien día a día con pequeñas pinceladas busca tocar las fibras de nuestra voluntad humana, quien tome la iniciativa, para que luego, el ser íntimo como motor poder guiarnos, es entonces una decisión soberana e intima y particular de encontrarse con sigo y con su ser, el del Alma Humana.
Oh Luz de todas las luces, que estáis en las infinitas luces tened nos encuenta y purificadnos.
domingo, 26 de diciembre de 2010
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