lunes, 8 de diciembre de 2014

Conocerse a si mismo.

Muchos estamos convencidos, que somos los responsables de todas nuestras acciones y decisiones pero no es así, en casi todas nuestras acciones y decisiones  opera  un influenciador que es el que gobierna en ciertas circunstancias nuestra débil voluntad.

Este ente que manipula e influye sobre nuestra débil voluntad es el falso espíritu, nuestro guardián del umbral, el sello de nuestras malas decisiones, nos aconseja, nos indica que debemos hacer, es en última la mascara de la maldad, el ego, nuestros defectos, nuestro amado yo.

El ser humano ama al yo, yo soy así, a mi nadie me hace cambiar, tengo ira, soy orgulloso, la envidia es lógica sentirla, siempre justificamos lo malo, nos apetece hacer la maldad,

Ser una persona buena, ser decente, que difícil es, el mundo critica esta forma de ser, pues claro que para el mundo, para el que gobierna las decisiones y propósito del mundo, estas acciones no son bien vista, por que se salen de sus parámetros y disposiciones.

Claro que es cierto, existe un manipulador de las almas, de los sentimientos y de las decisiones de los hombres, vencer esta naturaleza es la verdadera lucha del mundo, la lucha de las almas conscientes.

Es obvio, que nadie puede enfrentarse a algo o/a  alguien que uno no conoce, ni sabe como opera;  el guardián del umbral, el falso espíritu, el enemigo del alma.

Es triste saber, que el mundo, que los seres humanos vivimos en un estado de vigilia permanente, creemos que estamos despierto, porque andamos con los ojos abiertos cuando de verdad andamos dormidos, utilizamos la razón, pero en cierto modo no somos conscientes de como operan las fuerzas y decisiones de los que gobiernan las ejecuciones del mundo, andamos dormidos, soñamos despierto, vivimos soñando, un ser humano, hace poco esfuerzo en permanecer despierto o consciente de sus actos. y cuando cree que los hace, por lo general es influenciado por esa fuerza oscura que manipula, gobierna y en ultima instancia determina nuestras decisiones.

Vamos a comprobar lo que decimos.

Desde nuestro interior vamos a empezar a observarnos.

Dividamos nuestra atención EN DOS EL OBSERVADOR Y EL OBSERVADO.

EL OBSERVADOR, solo va a estar presto para poner atención a las sensaciones y emociones que surgen desde el interior, sin hacer ningún juicio.
EL OBSERVADOR, es nuestro acto consciente, no hace juicio, solo observa, mira los impulsos que surgen desde distintas partes de nuestros centros de nuestra maquina humana.

EL OBSERVADO. Son todas las emociones y sensaciones (ira, codicia, envidia, lujuria, pasión, tristeza, etc.)que surgen desde el interior, por cualquier estímulo externo o interno, como lo que vemos, oímos, gustamos, tocamos, recordamos, sentimos.

El Observador, solo va a estar presto a mirar las reacciones que surgen por dichas emociones o sensaciones, de hechos o recuerdos.

Allí, nos damos de cuenta que desde nuestro interior surgen impulsos, fuerzas que en ocasiones se vuelven obsesivas, difíciles de controlar.

Esa fuerza es la que hablamos, ese es el ente que nos gobierna y nos manipula, no es uno solo es una legión, con múltiples individualidades, necesidades e intereses.

domingo, 2 de noviembre de 2014

La materia y el mundo

La LUZ brilla para todos, pero todos no alcanzan a entenderla, ni a comprenderla; es aquel a quien su corazón esté dispuesto para ello.

Dice el amado maestro:"La LUZ vino al mundo y el mundo no la entendió, ni la comprendió; Yo vine a los míos y los míos no me recibieron"." Yo soy la LUZ del mundo, quien ande en mí, jamás andará en tinieblas".

El mundo fue hecho de las tinieblas, por eso el mundo prevalece en las tinieblas, las tinieblas enceguecen el alma y oscurecen el corazón.

No mengüéis, ni ceséis en buscad de día y de noche LOS MISTERIOS DE LA LUZ, que os libraran de las cárceles de vuestros pecados y de los terribles y pavorosos sufrimientos del Aqueronte,  destinados a los malvados y pecadores.  
Sed prudente y sedimento en tu busqueda, pues para los valientes y que perseveren hasta el final, Dios les premiará.

La materia y el mundo.
Uno de sus discípulo le pregunta a Jesús ¿será destruida o no la materia? El salvador dijo: "Todas las naturalezas, todas las producciones y todas las criaturas se hallan implicadas entre sí, y se disolverán otra vez en su propia raiz, pues la naturaleza de la materia se disuelve en lo que pertenece únicamente a su naturaleza.

Pedro le pregunta. Maestro ¿cuál es el pecado del mundo? El Salvador dijo: "No hay pecado, sin embargo vosotros cometéis pecado cuando practicáis las obras de la naturaleza del adulterio denominada "pecado". Por eso el BIEN vino entre vosotros, hacia lo que es propio de toda naturaleza, para restaurarla en su raíz. Por esto enfermáis y morís, puesto que practicáis lo que os extravía.
La materia engendró una pasión carente de la semejanza, puesto que procedió de un acto contra natura. Entonces se produce un trastorno en todo el cuerpo. Por esto os dije: Estad en armonía con la naturaleza, y si no estáis en armonía adviene el padecimiento sufrimiento y muerte.

domingo, 28 de septiembre de 2014

El engaño de los dioses

Cuentan las tradiciones que cuando el hombre vino por primera vez, y experimento el mundo de las delicias, su inocencia le hizo perder el sentido de su realidad.
Bebió el manjar de los arcontes y estos ataron su inocencia y su alma a la pasión y al pecado; de esa manera fue como el hombre perdió el contacto de su naturaleza divina.

De su inocencia, esos espíritus perversos se aprovecharon y proyectaron para ellos, crear su imperio, donde a fuerza de mentira y engaño, se harían idolatrar.
Tomaron poder oculto y se enseñorearon sobre los hombres, se hicieron llamar dioses y pidieron que se les venerara, revestidos de algunos poderes ocultos, de vez en cuando ofrecen a sus súbditos ciertas facultades o ciertos dones, para de esta manera, poder influir sobre estos y aparecerse a otros como grandes seres virtuosos.

Descifrar este misterio y esa telaraña de engaño, es donde la humanidad se encuentra, pero tal es la artimaña y el telar, que la vida de los seres se va escudriñando y escudriñando sin poder entender este misterio.

Ciertamente la Biblia dice: la LUZ vino al mundo, pero el mundo no la comprendió y ni la entendió. Dice Cristo, si Yo, no hubiese venido al mundo, ningún alma, estaría apta para llegar al reino de la LUZ.
Por mi todas las cosas han sido hechas y sin Mí, ninguna de las cosas que han sido hechas fuesen hechas.
Yo soy el camino la verdad y la vida, nadie va al Padre sino por mí; quien quiera ser pos de mi tome su cruz y sigame.
Yo soy el alfa y la omega el principio y el fin.

Seguir el sendero, el camino de la verdad, seguir a CRISTO, en su esencia y en su naturaleza, es la razón para encontrarnos con lo perdido.

viernes, 27 de junio de 2014

La historia de Tobit II

Llegada de Tobias a casa de  Ragüel
Cuando llegaron a Ecbatana, el ángel lo llevó a casa de Ragüel, pariente de él. Lo encontraron sentado junto a la puerta de entrada de su casa y lo saludaron. y él respondió.
¡Muy buenos días, amigos! ¡bienvenidos!
Luego dijo a su mujer Edna: ¡Cómo se parece este muchacho a mi pariente Tobit! Edna les preguntó: ¿De dónde son, amigos?
Ellos contestaron: Somos de la tribu de Neftalí y vivimos desterrados en Ninive.
Ella volvió a preguntarles: ¿Conocen a nuestro pariente Tobit?
Sí, lo conocemos, contestaron ellos.
Entonces les preguntó: ¿Está bien?.
Vive y está bien, le respondieron. Y Tobias añadió ¡Es mi padre!
Rasgüel se levantó de un salto y lo llenó de besos, mientras decía llorando: ¡Dios te bendiga, hijo! Tu padre es un hombre excelente. ¡Qué desdicha tan grande que un hombre tan bueno y tan generoso se haya quedado ciego!
Ragüel los recibió con mucha alegría.
En la mesa Tobias dijo a Rafael:
Amigo Azarías, dile a Ragüel que me dé a mi parienta Sara.
Ragüel lo alcanzó a oír y dijo al muchacho: Come y bebe, y pasa alegremente esta noche. Porque, ningún otro fuera de ti tiene derecho a casarse con mi hija Sara. Por la misma razón, yo no puedo dársela a nadie sino a ti: tú eres mi pariente más cercano, Sin embargo, hijo, te debo decir la verdad. Ya antes se la he dado  a siete esposos, parientes nuestros, y todos han muerto la misma noche en que se acercaron a ella. Ahora, hijo, come y bebe; el Señor hará que les vaya bien.
Pero Tobías contestó: No probaré esta cena hasta que resuelvas mi asunto.
Ragüel llamó a su hija Sara. Cuando llegó, su padre la tomó de la mano y se la entregó a Tobías, diciéndole.
Yo te la entrego conforme a la ley y según el decreto escrito en los libros de Moisés. Que el Dios del cielo les conceda bienestar.
Entonces llamó a la madre, le pidió que trajera una hoja, y en ella escribió el contrato de matrimonio.
Ragüel ordenó a su esposa, preparar la habitación. Empezó a llorar por ella, se secó las lagrimas, y le dijo: Ten confianza, hija. Que el Señor del cielo te conceda alegría en vez de tristeza.
Cuando terminaron de cenar, decidieron ir a acostarse. Llevaron el muchacho a la habitación. Tobías se acordó entonces de lo que le había dicho Rafael. Sacó de su bolsa el hígado y el corazón del pescado, y los puso sobre las brasas en las que se quemaba incienso. El olor del pescado no dejó acercar al demonio, y éste salió huyendo por el aire hasta la parte más lejana de Egipto. Rafael fue y lo encadenó allá. y volvió inmediatamente.
Tobías antes de acostarse con ella le pidió que hicieran una oración, para pedirle al Señor que tuviera misericordia de ellos y que los protegiera.
Ella se levantó, y los dos comenzaron a orar así: "Alabado seas, Dios de nuestros antepasados, alabado sea tu nombre por siempre. Que el cielo y la creación entera te alaben por todos los siglos. Tú creaste a Adán y le distes a su esposa Eva como compañera y apoyo. Y de ellos dos nació todo el género humano. Tú dijiste: `No es bueno que el hombre esté solo. Le voy a hacer alguien que le sea de ayuda adecuada para él. Ahora, yo no tomo a esta mujer movido por deseos impuros, sino por intenciones sinceras. Dígnate tener compasión de mí y de ella, y concédenos llegar juntos a la vejez."
Y ambos añadieron: "Así sea, así sea".
En la mañana Ragüel temiendo que estuviese muerto Tobías, ordenó a la criada que fuese a ver.
La criada entró, y los encontró profundamente dormidos.
Ragüel alabó a Dios del cielo.Y como había mandado cavar una fosa, ordenó que se tapase nuevamente.
Celebró una fiesta y le pidió que se quedase con ellos dos semanas más, partió sus bienes con él. De ahora en adelante . Yo soy tu padre y Edna es tu madre.
Recogieron el dinero que tenia en casa de Gabael..
Tobías le pidió a Ragüel, que lo dejase ir, porque su padre estaría contando los días desde su partida.
Por otra parte Tobit, preocupado contaba los días desde su partida, y le surgían muchas preocupaciones. Su madre lloraba y se lamentaba y reclamaba a Tobit por dejarlo ir. Pero el la consolaba y le decía: El está bien. Habrán tenido allá alguna demora. El hombre que lo acompaña es de confianza, y además es pariente nuestro.
Pero ella le respondía:
¡Cállate y déjame en paz! No me engañes. Mi hijo ha muerto.
Diariamente ella se levantaba y miraba atentamente hacia el camino por donde debía venir su hijo.
Terminadas las dos semanas de las fiestas de bodas que Ragüel se había comprometido a celebrar en honor de su hija.
Después de peticiones de Tobías a Ragüel que lo dejase ir.
Ragüel le entregó a Sara, su esposa, y le dió la mitad de todo lo que tenía: criados y criadas, bueyes y ovejas, asnos y camellos, plata, utensilios. A Tobías lo despidió: ¡Que les vaya bien hijos!
Tobías se fue de la casa de Ragüel feliz y contento y alabando al Señor del cielo y de la tierra, al Rey del universo, porque la había concedido un viaje tan bueno..
Cuando estaban cerca de Caserín, ciudad que está frente a Nínive, dijo Rafael a Tobías: Tú sabes en que estado dejamos a tu padre. Adelantémonos a tu esposa, y vayamos a preparar la casa mientras llegan los demás. Y se fueron los dos juntos. Rafael le dijo que tuviera a mano la hiel. El perro los iba siguiendo a los dos. Ana, mientras tanto , estaba sentada mirando atentamente hacia el camino por donde debía venir su hijo.
Al presentir que venía, le dijo a Tobit: ¡Ya llega tu hijo con su acompañante!
Rafael le dijo a Tobías antes de llegar a la casa de tu padre: Estoy seguro de que tu padre recobrará la vista. Úntale en los ojos la hiel del pescado. Este remedio hará que las nubes se encojan y desaparezcan de sus ojos. Tu padre recobrará la vista y verá otra vez la luz.
Ana salió corriendo y abrazó a su hijo.
Tobit se levantó, y tropezando salió a la puerta. Tobías, que tenía en la mano la hiel del pescado, se acercó a su padre y lo tomó de la mano. Entonces le sopló en los ojos, y le dijo: ¡Ten confianza, padre! En seguida le aplicó el remedio. Luego, con ambas manos, le desprendió las nubes de los extremos de los ojos. Entonces Tobit abrazó a su hijo, y llorando le dijo: ¡Por fin puedo verte, hijo mio, luz de mis ojos!
Y añadió:
¡Alabado sea Dios, alabado sea su glorioso nombre! ¡Alabados sean todos sus santos ángeles! ¡Que su glorioso nombre sea alabado por toda la eternidad! Porque él me castigó, pero luego tuvo compasión de mí. y ahora puedo ver otra vez a mi hijo Tobías.
Tobías entró en la casa muy contento y alabando a Dios en voz alta.
Luego le contó a su padre lo bien que le había ido en su viaje, que había traído la plata, que se había casado con Sara, la hija de Ragüel, y que ella ya debía de estar llegando a las puertas de Nínive.
Tobit, lleno de alegría y alabando a Dios, salió a las puertas de la ciudad a recibir a su nuera. La gente de Nínive se quedó admirado al ver que Tobit iba caminando con todo su vigor, sin que tuvieran que llevarlo de la mano. Y Tobit les dijo que Dios había tenido compasión de él. Luego se acercó a Sara, la esposa de su hijo y la bendijo.
Cuando se terminó la fiesta, Tobit llamó a su hijo y le dijo:
Hijo, no dejes de pagarle a tu compañero de viaje lo que estaba convenido, y aun dale más.
Tobías le contestó: Padre, ¿qué paga le puedo dar? Aunque le diera la mitad de lo que me ayudó a traer, no me perjudicaría.
El me trajo sano y salvo, sanó a mi esposa, me ayudó a traer la plata, y a ti también te sanó. ¿Qué paga le puedo dar?.
Entonces, Tobías lo llamó y le dijo: Toma como paga la mitad de todo lo que trajiste, y que te vaya bien.

Entonces Rafael llamó aparte a los dos y les dijo:

ALABEN A DIOS, Y HABLEN DE SUS BENEFICIOS DELANTE DE TODOS LOS HOMBRES. ALÁBENLO Y CANTEN SALMOS A SU NOMBRE. HONREN A DIOS DANDO A CONOCER A TODO HOMBRE LO QUE ÉL HA HECHO.
NO SE CANSEN DE DARLE GRACIAS. CUANDO EL REY LE CONFÍA A UNO UN SECRETO, ES BUENO QUEDARSE CALLADO; PERO HAY QUE HONRAR A DIOS CONTANDO A TODOS Y PUBLICANDO LO QUE ÉL HA HECHO.
HAGAN EL BIEN, Y NINGÚN MAL VENDRÁ SOBRE USTEDES.
MUCHO MEJOR ES LA ORACIÓN ACOMPAÑADA DE AYUNO, Y DAR LIMOSNA VIVIENDO HONRADAMENTE, QUE TENER RIQUEZAS Y SER UN MALVADO.
MUCHO MEJOR ES DAR LIMOSNA QUE CONSEGUIR MONTONES DE ORO.
DAR LIMOSNA SALVA DE LA MUERTE Y PURIFICA DE TODO PECADO. LOS QUE DAN LIMOSNA GOZARÁN DE LARGA VIDA. LOS QUE COMETEN EL PECADO Y LA MALDAD SON ENEMIGOS DE SU PROPIA VIDA.

Ahora voy a contarles toda la verdad, no voy a ocultarles nada. Ya les había dicho que cuando el rey le confía a uno un secreto, es bueno quedarse callado, pero hay que honrar a Dios dando a conocer lo que él ha hecho.
Pues bien, Tobit, mientras tú y Sara oraban, yo presentaba sus oraciones ante la presencia gloriosa del Señor, para que él las tuviera en cuenta. Y lo mismo hacia yo mientras tú enterrabas a los muertos.
Aquella vez, cuando no dudaste en levantarte y dejar servida la comida para ir a enterrar a aquel muerto, Dios me envió a ponerte a prueba.
Y ahora también me ha enviado Dios a sanarte, lo mismo que a Sara, tu nuera.
Yo soy Rafael, uno de los siete ángeles que están al servicio del Señor y que pueden entrar ante su presencia gloriosa.

Los dos se asustaron mucho y se arrodillaron inclinándose hasta el suelo, llenos de miedo. Pero el ángel les dijo:
¡No tengan miedo! ¡Tranquilícense! Alaben siempre a Dios. Si yo he estado con ustedes, no fue porque yo lo quisiera, sino porque Dios lo dispuso. Denle gracias a él todos los días, alábenlo a él. Cuando me veían comer y beber, no era a mi realmente a quien veían, sino a una visión. Den gracias al Señor de la tierra, alaben a Dios. Yo voy a subie a Dios, que me envió. Pongan por escrito todo lo que les ha sucedido.
Y se elevó. Ellos se levantaron y no lo pudieron ver más.
Entonces comenzaron a dar gracias a Dios y alabar sus maravillas.




domingo, 22 de junio de 2014

La historia de Tobit

Parte I
Una breve historia de la Vida de Tobit en Nínive.

yo, Tobit, lleve una conducta sincera y honrada todos los días de mi vida. Hice muchas obras de caridad.
En tiempos de Salmanasar ayudé muchas veces con obras de caridad a los demás israelitas. Compartía mi comida con los que padecían hambre, y daba de mi ropa a quienes no tenían. Y cuando algún israelita moría y su cadáver era arrojado fuera de las murallas de Nínive, si yo lo veía, iba y lo enterraba.
Un ciudadano de Nínive fue y avisó al rey que yo era quien enterraba a los muertos. Y tuve que esconderme, porque buscaban para matarme. Cuando el rey murió y siendo rey Asahadón, volví a mi casa y me devolvieron a mi esposa Ana y a mi hijo Tobias.
Una vez estábamos celebrando nuestras fiestas de Pentecostés (llamada también"fiestas de las semanas"). Me habían preparado un buen banquete, y me senté a la mesa. Entonces dije a mi hijo Tobias:
Hijo, ve a ver si encuentras algún israelita, de los que han venido desterrado a Nínive, que haya sido fiel a Dios de todo corazón y que sea pobre, e invítalo a comer con nosotros. Yo te espero, hijo, hasta que vuelvas.
Tobías fue a buscar algún israelita pobre, y luego volvió y me llamó.
¿Qué pasa, hijo? contesté.
¡Padre, me dijo, hay un israelita asesinado, y está tirado en la plaza! ¡Lo acaban de estrangular!
Yo ni siquiera probé la comida. Rápidamente fui a la plaza, me llevé de allí el cadaver y lo puse en una habitación, esperando que llegara la noche para enterrarlo.
Cuando llegó la noche, fui, cavé una fosa y lo enterré. mis vecinos se burlaban de mi y me decían "La vez pasada lo estuvieron buscando para matarlo por hacer eso, y se escapó; ¡y todavía no tiene miedo! ¡Ahí está otra vez enterrando a los muertos!
Esa noche me levé bien, salí de mi casa y me acosté junto a la pared de fuera con la cabeza descubierta porque estaba haciendo calor.
No sabía que sobre la tapia, encima de mí, habían unos pájaros, los cuales dejaron caer excremento caliente en mis ojos, y me salieron nubes en ellos. Fui a consultar a los médicos para que me curaran; pero mientras más remedio me untaban, más ciego me iba quedando por las nubes en los ojos. hasta que perdí la vista por completo.
Cuatro años estuve sin poder ver. Durante ese tiempo, mi esposa Ana se dedicó a trabajar en labores femeninas.
Un día a ella le regalaron un cabrito para que nos los comiéramos. Cuando llegó a la casa comenzó a balar, Yo la llamé y le pregunté: ¿De dónde salió ese cabrito? ¿Acaso lo has cogido? Devuélvelo a sus dueños.
Ella me contestó:
Es un regalo que me hicieron, además de mi paga.
Yo no le creí, y seguí insistiendo que lo devolviera a sus dueños. Me sentía avergonzado por lo que ella había hecho. Entonces me dijo:
¡En eso pararon tus obras de caridad! ¡En eso pararon tus buenas obras! ¡Ahora se ve claro lo que eres!

Yo me puse muy triste, suspiré y lloré; y entre suspiros comencé a orar así: "Tú eres justo. Señor; todo lo que haces es justo. Tú procedes siempre con amor y fidelidad. Tú eres el juez del mundo.
Ahora, Señor, acuérdate de mí, vuelve tus ojos hacia mí. No me castigues por mis pecados, por las faltas que yo o mis antepasados hemos cometidos sin saberlo. Hemos pecado contra ti, hemos desobedecido a tus mandamientos. Por eso tú nos has entregado al saque, al destierro y a la muerte. Reconozco que todas tus decisiones son justas al castigarme por mis pecados. No hemos cumplido tus órdenes, no hemos sido leales contigo. Trátame como mejor te parezca. Manda que me quiten la vida, para que yo desaparezca de este mundo y me convierta en tierra. Prefiero morir a seguir viviendo. He tenido que aguantar injurias y calumnias, y tengo una gran pena. ¡Señor librame de esta angustia! Déjame ir al lugar del eterno descanso. Señor no me vuelvas la espalda. Prefiero morir a pasar tantas angustias en mi vida y tener que escuchar tantos insultos.

Ese mismo día una mujer llamada Sara, hija de Ragüel, que vivía en la ciudad de Ecbatana, en el pais de Media, tuvo que sufrir también los insultos de una criada de su padre. Resulta que Sara había sido dada en matrimonio siete veces, pero en cada caso ASmodeo, un demonio malvado, había matado al esposo antes de que éste se uniera a ella como en todo matrimonio.
Entonces la criada le dijo:¡Tú eres la que matas a tus maridos! Ya has tenido a siete maridos, y no has podido llevar el apellido de ninguno de ellos.
Pero el que tus maridos se te mueran no es razón para que nos castigues. ¡Muérete con ellos, sin nunca haber tenido hijos!.
Sara se puso muy triste y empezó a llorar. Luego se subió a la parte alta de la casa de su padre, con la intención de ahorcarse. Pero después de pensarlo bien, dijo: "sería una vergüenza para mi padre que le dijeran: Tenías una hija única, tan querida, y se ahorcó por sus sufrimientos. Con eso haría morir de tristeza a mi anciano padre. Es mejor que no me ahorque; pero voy a pedirle al Señor que me haga morir para no tener que oir más insultos en mi vida.
Entonces extendió los brazos hacia la ventana y dijo: "Alabado seas, Dios compasivo; alabado sea tu nombre por siempre; que todo lo que has creado te alabe eternamente. A ti me dirijo, a ti vuelvo mis ojos.
Manda que me vea libre de este mundo, para no tener que oír más insultos. Tú Señor, sabes que soy pura, que ningún hombre me ha tocado. Yo no he deshonrado mi nombre ni el nombre de mi padreen este país de destierro. Soy la única hija de mi padre; él no tiene otros herederos, ni ningún pariente cercano o familiar con el que yo pueda casarme. Ya se me han muerto siete esposos¿Para qué seguir viviendo? Pero si no quieres mandarme la muerte, mirame y ten compasión de mí; haz que no tenga yo que oír más insultos."
En ese momento las oraciones de Tobit y de Sara llegaron a la presencia gloriosa de Dios, quien las escuchó y envió al ángel Rafael a curar a los dos: a sanar a Tobit de las nubes que tenía en los ojos, para que así pudiera volver a ver la luz de Dios, y a librar a Sara, la hija de Ragüel, de Asmodeo, el demonio malvado, y dársela como esposa a Tobías , el hijo de Tobit. En el mismo momento, Tobit, que estaba afuera, entraba en su casa, y Sara bajaba de la parte alta de la suya.

Aquel mismo día se acordó Tobit, de la plata que Gabael tenía en deposito en Ragues de Media, y se dijo para sus adentros: "Le he pedido a Dios la muerte. ¿por qué no llamar a mi hijo Tobias y hablarle de esa plata antes que me muera?.
Entonces llamó a su hijo Tobías, y le dijo: "Hijo, cuando muera, dame una sepultura decente, respeta a tu madre. No la abandones ni un solo día de su vida. Dale gusto en todo lo que quiera y no la contraríes nunca. Acuerdate del Señor durante toda tu vida. No peques voluntariamente ni dejes de cumplir sus mandamientos. Obra con rectitud Recuerda que somos descendientes de profetas. Escoge esposa de tu misma parentela.
Pide consejo a las personas prudentes y no desprecies ningún consejo útil. En toda ocasión alaba a Dios..
Graba hijo mio estas recomendaciones en tu mente.

Ahora, hijo mio te voy a contar una cosa: Gabael, hijo de Gabrí, me tiene guardado en deposito, en Ragües de Media.la cantidad de de trescientos treinta kilos de plata.
Si respetas a Dios, y huyes de todo pecado, y haces lo que es bueno y agradable a los ojos del Señor tu Dios, grande es tu riqueza.
Entonces le respondió Tobías a su padre Tobit; yo cumpliré todo lo que encargas. ¿Pero cómo lograré que Gabael me entregue esa plata, si él no me conoce a mi ni yo lo conozco a él?
Además no conozco el camino para ir a Media.
Tobit le contestó: Gabael me dio un recibo firmado, y yo le di un comprobante firmado también. Luego partí este por la mitad, y cada uno tomo una parte.
ahora, hijo, busca a un hombre de confianza que te acompañe, para que vayas a recuperar ese dinero. Le pagaremos lo que sea hasta que vuelvas.

Tobías se fue a buscar una persona que conociera bien el camino y lo acompañara. Y al salir encontró delante de él al ángel Rafael. Pero Tobías no sabía que era un ángel de Dios, asi que le preguntó:
Joven, ¿De donde eres?
El ángel respondió Soy israelita, como tú. Vine aquí a buscar trabajo.
Tobías le preguntó: ¿Conoces el camino que lleva a Medias?
¡Claro! contestó él, he estado allá muchas veces. Conozco muy bien todos esos caminos. Muchas veces he ido a Media y me he alojado en la casa de Gabael, israelita también, que vive en Ragües de Media. De Ecbatana a Ragües hay dos días de viaje a buen paso.
Tobías le dijo:
Espérame, joven; entraré a decírselo a mi padre. Necesito que me acompañes. Yo te pagaré lo que sea.
El ángel respondió muy bien, te espero, pero no te tardes.
Tobías entró y le dijo a su padre: Mira ya encontré un hombre israelita como nosotros.
Tobit, le respondió:
Llamalo, hijo. Quiero saber de que tribu y de que familia es, y si es de confianza, para que te acompañe.
Tobias salió a llamarlo y le dijo:
Joven, mi padre te llama.
El ángel entró, y Tobit se adelantó a saludarlo. El ángel le respondió. deseándole que se encontrara bien. Tobit le contestó:
¿Qué bien me puedo encontrar ya? ¡Estoy ciego, no puedo ver la luz del sol! me encuentro en la oscuridad, como los muertos, que ya no pueden ver la luz. Mi vida es una muerte. Oigo hablar a la gente, pero no la puedo ver.
El ángel le respondió: ¡Ten confianza! Dios no tardará en sanarte, ¡Ten confianza!
Tobit le dijo:
mi hijo Tobías quiere viajar a Media, ¿Puedes acompañarlo? Claro conozco todos esos caminos, dime amigo ¿de qué tribu y de que familia eres? El ángel respondió ¿Que necesidad tienes de saber mi tribu?, amigo, insistió Tobit, quiero saber quien eres realmente y como te llamas.
Soy Azarías, contestó, nieto de Ananías el viejo, israelita como tú.
Tobit, le dijo: ¡Bienvenido, amigo!, tu eres pariente nuestro, Yo conocí a Ananía y a Natán, los dos hijos de Selemias el viejo.¡Que gente tan buenas son tus parientes. Eres de una familia excelente. ¡Bienvenido!
Yo te pagaré un dracma por día, además de darte todo lo que necesites.
El ángel respondió:
Yo iré con él. No temas. Volveremos a ti tan sanos y salvos como nos vamos. El camino es seguro.
Tobit, dijo: Que Dios te bendiga, amigo.
Entonces llamó a su hijo. Que Dios desde el cielo los proteja, que el ángel de Dios los acompañe y los proteja.
Tobías besó a su padre y a su madre, y emprendió el viaje.
La madre de Tobías empezó a llorar, y dijo a Tobit: ¿Para qué mandaste a mi hijo a ese viaje? El es nuestro apoyo, y quien nos acompaña siempre.
Tobit le contestó: ¡No te preocupes! nuestro hijo volverá tan sano y salvo como se va.. No te preocupes querida. Un ángel bueno lo acompañará. Entonces ella dejo de llorar..

El muchacho se fue acompañado por el ángel. El perro también salió y se fue con ellos..
La primera noche la pasaron junto al rio Tigris. El muchacho bajó a lavarse los pies. Entonces un pez enorme saltó del agua y amenazaba con comerle el pie al muchacho. Este dio un grito. Pero el ángel le dijo:
¡Agarra el pescado, no lo sueltes!
El muchacho agarro el pescado y lo sacó a la orilla. El ángel le dijo:
Ábrelo y sácale la hiel, el corazón y el hígado, y guardalos. Son un remedio muy útil. Los intestinos tiralos.
El muchacho abrió el pescado y separó la hiel, el corazón y el hígado. Luego puso a asar un poco de pescado y se lo comió. El resto lo saló y lo guardó. Y siguieron hasta que llegaron  cerca de Media. Entonces el muchacho le preguntó al ángel:
Amigo Azarías, ¿Para qué sirven de remedio la hiel, el corazón y el hígado del pescado?
El contestó.
Cuando una persona es atacada por un demonio o espíritu malo, si se queman delante de esa persona el corazón y el hígado del pescado, cesa el ataque y no se repite jamas. Y cuando una persona tiene nubes en los ojos, si se untan con la hiel y se sopla en ellos, queda sana.

Habiendo llegado a Media, se acercaban ya Ecbatana, entonces le dijo el ángel Rafael al muchacho: amigo Tobías.
Debemos pasa esta noche en casa de Ragüel. Es pariente tuyo. Tiene una hija que se llama Sara. Es su hija  única. Tu tienes más derecho que ningún otro a casarte con ella, y a ti te corresponde también heredar los bienes de su padre. La joven es inteligente, valiente y muy bonita.
Tobías le contestó a Rafael:
Amigo Azarías, he oído decir que ya antes ha sido dada como esposa a siete hombres, y que todos ellos han muerto la misma noche de bodas, en la habitación nupcial, cuando querían unirse a ella. También he oído hablar que es un demonio quien los mata.
El demonio no le hace a ella ningún mal, pero si otro quiere acercarse a ella, lo mata.. Con esto haría que mi padre y mi madre terminaran su vida llenos de pesar por mi, pues soy su único hijo.
El ángel le dijo:
¿no te acuerdas de las recomendaciones que te hizo tu padre? ¿De como te recomendó que te casarás con una mujer de la misma familia que él? Escucha, pues, amigo. no te preocupes por este demonio, y pídela. Yo se que esta misma noche te la van a dar como esposa. Cuando entres en la habitación nupcial, toma el hígado y el corazón del pescado, y colócalos sobre las brasas en que se quema incienso. El olor se esparcirá; y cuando el demonio lo huela, saldrá huyendo y nunca más volverá a su lado.
Y antes de que te unas a ella, levántense primero, hagan oración y pídanle al señor del cielo que tenga misericordia de ustedes y los proteja. No tengas miedo. Dios te la tiene destinada desde la eternidad. Tú la vas a sanar. Ella se irá contigo, y pienso que tendrás hijos con ella y que los vas a querer mucho. No te preocupes.

Parte II

viernes, 16 de mayo de 2014

De la recompensa a los salvadores de almas

Y le explicaba Jesús a sus discípulos, " Amen, amén os digo: Aquél que se conserva en la vida y salva sólo un alma, además de la dignidad que él posee en el Reino de la Luz, recibirá otra dignidad por el alma que ha salvado; así que aquél que salve muchas almas, además de la dignidad que posee en la Luz, recibirá muchas otras dignidades por las almas que ha salvado".

Es pues la dignidad, la paciencia el amor y la bondad, la fuerza que nos debe acompañar, en este arduo camino. Pues la recompensa será al final.
Luchar por ser cada día mejor persona, mejor ser, esforzarse en conocerse un poco más cada día es la tarea.
Cada uno de nosotros se debe volver un salvador, un salvador de su alma, ser el salvador gemelo.
El salvador gemelo es la conciencia, que al despertar se vuelve el juez permanente de cada uno de nuestros actos. La conciencia es el Juez, es el guía que jamás se equivoca.
Si de verdad lo dejamos actuar el será nuestro faro y nos llevará a puerto seguro.
Conocer los misterios de la Luz, es llenarse de méritos para ellos. Son los llamados, los elegidos, quienes sientes la necesidad de la búsqueda.

Buscad y hallaréis, tocad y se os abrirá. Entonces , no ceséis día y noche, hasta que encontréis los misterios del Reino que os convertirán en Luz purificada.

domingo, 30 de marzo de 2014

Los Vigilantes

Palabras de bendición con las que bendijo "Enoc a los elegidos justos que vivirán en el día de la tribulación, cuando serán rechazados todos los malvados e impíos, mientras los justos serán salvados..

"Enoc, hombre justo a quien le fue revelada una visión del santo y del cielo pronunció su oráculo y dijo: la visión del Santo de los cielos me fue revelada y oí todas las palabras de los vigilantes y de los Santos y porque las escuché he aprendido todo de ellos y he comprendido que no hablaré para esta generación sino para una lejana que está por venir.

Es acerca de los elegidos que hablo y a causa de ellos que pronuncio mi oráculo: el Único Gran Santo vendrá desde su morada.

Observad todas las cosas que ocurren en el cielo, cómo las luminarias del cielo no cambian su ruta en las posiciones de sus luces y cómo todas nacen y se ponen, ordenadas cada una según su estación y no desobedecen su orden.

Mirad la tierra y presta atención a sus obras, desde el principio hasta el fin, cómo ninguna obra de Dios sobre la tierra cambia, y todas son visibles para vosotros.

Ved las señales del verano y las señales del invierno, cómo la tierra entera se llena de agua y las nubes rocían la lluvia sobre ella.

Observad y ved cómo todos los árboles se secan y cae todo su follaje; excepto catorce árboles cuyo follaje permanece y esperan con todas sus hojas viejas hasta que vengan nuevas tras dos o tres años.

Y otra vez observad las señales del verano, cómo en Él el sol quema y rescalda y entonces sobre la superficie ardiente de la tierra buscáis sombra y refugio del ardor del sol, sin encontrar forma de marchar ni por el suelo y ni por las rocas, a causa del calor.

El Dios eterno andará sobre la tierra, sobre el monte Sinaí, aparecerá con su gran ejército y surgirá en la fuerza de su poder desde lo alto de los cielos.

Y todos los vigilantes temblarán y serán castigados en lugares secretos y todas las extremidades de la tierra se resquebrajarán y el temor y un gran temblor se apoderarán de ellos hasta los confines de la tierra.

Las montañas se resquebrajarán y derrumbarán y las colinas se rebajarán y fundirán, como la cera ante la llama.

Y la tierra se dividirá y todo lo que está sobre la tierra perecerá y habrá un juicio sobre todos.

pero con el justo Él hará la paz y protegerá a los elegidos y sobre ellos recaerá la clemencia y todos ellos pertenecerán a Dios, serán dichosos y benditos, los ayudará a todos y para ellos brillará la luz de Dios.

Para los elegidos habrá luz, alegría y paz y heredarán la tierra, pero para vosotros impios habrá maldición.

Y entonces la sabiduría se dará a los elegidos y vivirán todos, y no pecarán más ni por olvido ni por orgullo, sino que en cambio los que sean sabios serán humildes.

No transgredirán más ni pecarán el resto de su vida, ni morirán por el castigo o por la ira divina, sino que completarán el número de los días de su vida. Su vida será aumentada en paz y sus años de regocijo serán multiplicados en eterna alegría y paz por todos los días de su vida.

Así sucedió, que cuando en aquellos días se multiplicaron los hijos de los hombres, les nacieron hijas hermosas y bonitas;
y los vigilantes, hijos del cielo las vieron y las desearon, y se dijeron unos a otros: "Vayamos y escojamos mujeres de entre las hijas de los hombres y engendremos hijos".

Entonces Shemihaza que era su jefe, les dijo: "Temo que no queráis cumplir con esta acción y sea yo el único responsable de un gran pecado".
Pero ellos le respondieron: "Hagamos todos un juramento y comprometámonos todos bajo un anatema a no retroceder en este proyecto hasta ejecutarlo realmente".

Entonces todos juraron unidos y se comprometieron al respecto unos con otros, bajo anatema.
Y eran en total doscientos los que descendieron sobre la cima del monte que llamaron "Hermon", porque sobre él habían jurado y se habían comprometido mutuamente bajo anatema.

Estos son los nombres de sus jefes: Shemihaza, quien era el principal y en orden con relación a él, Ar´taqof, Rama´el, Kokab´el, Ël, Ra´ma´el, Dani´el, Zeq´el, Baraq´el, ´Asa´el, Harmoni, Matra´el, ´Anan´el, Sato´el, Shamsi´el, Sahari´el, Tumi´el, Turi´el, Yomi´el, y Yehadi´el.
Estos son los jefes de decena.

Todos y sus jefes tomaron para sí mujeres y cada uno escogió entre todas y comenzaron a entrar en ellas y a contaminarse con ellas, a enseñarles la brujería, la magia y el corte de raíces y a enseñarles sobre las plantas.

Quedaron embarazadas de ellos y parieron gigantes de unos tres mil codos de altura que nacieron sobre la tierra y conforme a su niñez crecieron;
y devoraban el trabajo de todos los hijos de los hombres hasta que los humanos ya no lograban abastecerles.

Entonces, los gigantes se volvieron contra los humanos para matarlos y devorarlos;
Y empezaron a pecar contra todos los pájaros del cielo y contra todas las bestias de la tierra, contra los reptiles y contra los peces del mar y se devoraban los unos la carne de los otros y bebían sangre.
Entonces la tierra acusó a los impíos por todo lo que se había hecho en ella.

Y ´Asa´el enseñó a los hombres a fabricar espadas de hierro y corazas de cobre y les mostró cómo se extrae y se trabaja el oro hasta dejarlo listo y en lo que respecta a la plata a repujarla para brazaletes y otros adornos. A las mujeres les enseñó sobre el antimonio, el maquillaje de los ojos, las piedras preciosas y las tinturas.

Y entonces creció mucho la impiedad y ellos tomaron los caminos equivocados y llegaron a corromperse en todas las formas.

Shemihaza enseñó encantamientos y a cortar raíces; Hermoni a romper hechizos, brujería, magia y habilidades afines; Baraq´el  los signos de los rayos; Kokab´el los presagios de las estrellas; Zeq´el los de los relámpagos; ´EL enseñó los significados; Ar´taqof enseñó las señales de la tierra; Shamsi´el los presagios del sol; y Sahari´el los de la luna, y todos comenzaron a revelar secretos a sus esposas.

Como parte de los hombres estaban siendo aniquilados, su grito subía hasta el cielo.


Entonces Miguel, Sariel, Rafael y Gabriel observaron la tierra desde el santuario de los cielos y vieron mucha sangre derramada sobre la tierra y estaba toda llena de injusticia y de violencia que se cometía sobre ella.

Considerando esto, los cuatro fueron y se dijeron: "el grito y el lamento por la destrucción de los hijos de la tierra sube hasta las puertas del cielo".
Y dijeron a los santos del cielo: "Es ahora a vosotros a quienes las almas de los hijos de los hombres suplican diciendo "llevad nuestra causa ante el Altísimo, nuestra destrucción ante la gloria majestuosa y ante el Señor de todos los señores en cuanto a majestad".

Y Rafael, Miguel, Sariel y Gabriel dijeron al señor del mundo:"Tú eres nuestro gran señor, el Señor del mundo, el Dios de dioses, el Señor de señores y el rey de reyes; los cielos son el trono de tu gloria por todas las generaciones que existen desde siempre; toda la tierra es el escabel ante ti para siempre, y tu nombre es grande, santo y bendito por toda la eternidad.

"Eres tú quien todo lo ha creado y en ti reside el poder sobre todas las cosas; todo es descubierto en toda su desnudez ante ti; tú lo ves todo y nada se te puede esconder.
2tú has visto lo que ha hecho ´Asa´el, como ha enseñado toda injusticia sobre la tierra y revelado los secretos eternos que se cumplen en los cielos,
y lo que ha enseñado a los humanos Shemihaza, al que tú habías dado la facultad de gobernar sobre sus compañeros.
"Ellos han ido hacia las hijas de los hombres y se han acostado con ellas y se han profanado a sí mismo descubriéndoles todo pecado.

"Luego, estas mujeres han parido en el mundo gigantes, por lo que la tierra se ha llenado de sangre e injusticia.

"Y ahora mira que las almas de los que han muerto gritan y se lamentan hasta las puertas del cielo y su gemido ha subido y no puede cesar debido a la injusticia que se comete en la tierra.

"Pero tú que conoces todas las cosas antes de que sucedan, tú que sabes aquello, tú los toleras y no nos dices qué debemos hacerles al observar eso".

Entonces el Altisimo, Grande y Santo habló y envió a Sariel al hijo de Lamec.
Y le dijo: "Ve hacia Noé y dile en mi nombre, ´escóndete ´ y revélale la consumación que viene, pues la tierra entera va perecer, un diluvio está por venir sobre toda la tierra y todo lo que se encuentre sobre ella perecerá.

"En seguida enseña al justo, al hijo de Lamec, lo que debe hacer para preservar su alma para la vida y escapar definitivamente, pues por él será sembrada una planta y serán establecidas todas las generaciones".

Y además, el Señor le dijo a Rafael: "Encadena a ´Asa´el de pies y manos, arrójalo en las tinieblas, abre el desierto que está en Dudael y arrójalo en él.
Tira sobre él piedras ásperas y cortantes, cúbrelo de tinieblas, déjalo allí eternamente sin que pueda ver la luz, y en el gran día del juicio que sea arrojado al fuego.

Después, sana la tierra que los vigilantes han corrompido y anuncia su curación.

sábado, 22 de febrero de 2014

EL ACUSADOR Y LA FE

En la región de Uz había un hombre que vivía una vida recta y sin mancha, un fiel servidor de DIOS, cuidadoso de no hacer mal a nadie llamado Job.
Job tenia siete hijos y tres hijas, era el hombre más rico de todo el oriente. Sus hijos acostumbraban celebrar banquetes en casa de cada uno de ellos, por turno, y siempre invitaban a sus tres hermanas. Terminados los días del banquete, Job llamaba a sus hijos y, levantándose de mañana, ofrecía holocaustos por cada uno de ellos, para purificarlos de su pecado: Esto lo hacía siempre pensando que sus hijos podían haber pecado maldiciendo a DIOS en su interior.

Un día en que debían presentarse ante DIOS sus servidores celestiales, se presentó también el ÁNGEL ACUSADOR entre ellos.
El SEÑOR le preguntó:
¿De dónde vienes?
Y el acusador contestó:
He andado recorriendo la tierra de un lado a otro.
Entonces le dijo el SEÑOR: ¿Te has fijado en mi siervo Job? No hay nadie en la tierra como él, que me sirva tan fielmente y viva una vida tan recta y sin tacha, cuidando de no hacer mal a nadie.
Pero el acusador respondió:
Pues no de balde te sirve con tanta fidelidad. Tu no dejas que nadie lo toque, ni a él ni a su familia ni a nada de lo que tiene; tu bendices todo lo que hace, y él es el hombre más rico en ganado de todo el país. Pero quítale todo lo que tiene y verás cómo te maldice en tu propia cara.
El señor respondió al acusador:
Esta bien. Haz lo que quieras con todas las cosas de Job, con tal de que a él mismo no le hagas ningún daño.
Entonces el acusador se retiró de la presencia del SEÑOR.
Un día, mientras los hijos y las hijas de Job estaban celebrando un banquete en casa del hermano mayor, un hombre llegó a casa de Job y le dio esta noticia:
Estábamos arando el campo con los bueyes, y las asnas estaban pastando cerca; de repente llegaron los sabeos, y se robaron el ganado y mataron a cuchillo a los hombres. Sólo yo pude escapar para venir a avisarte.
Aún no había terminado de hablar aquel hombre, cuando llegó otro y dijo:
Cayó un rayo y mató a los pastores y las ovejas. Sólo yo pude escapar para venir a avisarte.
Aún no había terminado de hablar ese hombre, cuando llegó un tercero y dijo:
Tres grupos de caldeos nos atacaron, se robaron los camellos y mataron a cuchillo a los hombres. Sólo yo pude escapar para venir a avisarte.
Aún no había terminado de hablar este hombre, cuando llegó uno más y dijo:
Tus hijos y tus hijas estaban celebrando un banquete en casa de tu hijo mayor, cuando de pronto un viento del desierto vino y sacudió la casa por los cuatro costados, derrumbándola
 sobre tus hijos. Todos ellos murieron. Sólo yo pude escapar para venir a avisarte.
Entonces Job se levantó, y lleno de dolor se rasgó la ropa la cabeza y se inclinó en actitud de adoración. Entonces dijo:
Desnudo vine al mundo, y desnudo saldré de él. El Señor me lo dio todo, y el Señor me lo quitó; ¡Bendito sea el nombre del SEÑOR!
Así pues, a pesar de todo, Job no pecó ni dijo nada malo contra DIOS.

Cuando llegó el día en que debían presentarse ante el SEÑOR sus servidores celestiales, se presentó también el ángel acusador entre ellos.
El SEÑOR le preguntó:
¿De dónde vienes?
Y el acusador contestó:
He andado recorriendo la tierra de un lado a otro.
Entonces el SEÑOR le dijo:
¿Te has fijado en mi siervo Job? No hay nadie en la tierra como él, que me sirva tan fielmente y viva una vida tan recta y sin tacha, cuidando de no hacer mal a nadie. Y aunque tú me hiciste arruinarlo sin motivo alguno, él se mantiene firme en su conducta intachable.
Pero el acusador contestó al Señor:
Mientras no lo tocan a uno en su propio pellejo, todo va bien. El hombre está dispuesto a sacrificarlo todo por salvar su vida. Pero tócalo en su propia persona y verás cómo te maldice en tu propia cara.
El SEÑOR respondió al acusador:
Está bien haz con él lo que quieras, con tal de que respetes su vida.
El acusador se alejó de la presencia del SEÑOR, y envió sobre Job una terrible enfermedad de la piel  que lo cubrió de pies a cabeza. Entonces Job fue a sentarse junto a un montón de basura, y tomó un pedazo de olla rota para rascarse. Pero su mujer le dijo:
¿Todavía te empeñas en seguir siendo bueno?¡Maldice a DIOS y muérete!
Job respondió:
¡Mujer, no digas tonterías! Si aceptamos los bienes que DIOS nos envía, ¿Por qué no vamos a aceptar también los males?
Así pues, a pesar de todo, Job no pecó ni siquiera de palabra.

Bien queremos representar todo esto en el sentido  de que no es cierto que DIOS es el que nos somete a prueba, pero si es, el Ángel acusador que está pendiente de cada acto que hacemos y cada paso que damos para pedir que se le permita probarnos en la fe y al mismo tiempo castigarnos en nuestras faltas, pues cuando cometemos faltas estamos expuestos a los castigos que para un buen propósito tiene el Ángel acusador permitido obrar. ¡Que duelan es otro decir!
Son sus lecciones las que hacen al hombre falto de ser diligente por su SER y testarudo, reflexionar sobre su destino. Más al hombre de recto andar si por su sendero le devienen pruebas, es también para mirar el nivel de su firmeza y fuerza en su FE, como anotamos anteriormente.
Si es cierto que al Ángel acusador, se le ha dado potestad para castigarnos, por cada error y deuda que sobre nosotros pesa bien sea de esta o de vidas anteriores.
 
Y Dijo Jesús : la profecía de mi padre se cumplió en Adán por su desobediencia: Cuando el hombre desatiende el mandato de DIOS y sigue las obras de Satanás, cometiendo pecado, si su vida se prolonga, es con la esperanza de que se arrepienta, y aprenda que siempre está en las garras de la muerte. Y si se prolonga la vida de un hombre bueno, los hechos de su vejez se hacen notorios y los demás hombres buenos buscan imitarles.
Ahora si veis un hombre irascible, sabed que sus días siempre están contados.

lunes, 6 de enero de 2014

Llegada de los magos

Y la misma noche en que el Señor Jesús nació en Bethlehem de judea, en la época del rey herodes, un ángel guardián fue enviado a Persia. Y apareció a las gentes del país bajo la forma de una estrella muy brillante, que iluminaba toda la tierra de los persas. Y, como el 25 del primer Kanun (fiesta de la Natividad del Cristo) había gran fiesta entre todos los persas, adoradores del fuego y de las estrellas, todos los magos, en pomposo aparato, celebraban magníficamente su solemnidad, cuando de súbito una luz vivísima brillo sobre sus cabezas. Y, dejando sus reyes, sus festines, todas sus diversiones y abandonando sus moradas, salieron a gozar del espectáculo insólito. Y vieron que una estrella ardiente se había levantado sobre Persia, y que, por su claridad, se parecía a un gran sol. Y los reyes dijeron a los sacerdotes en su lengua:  ¿Qué es este signo que observamos? Y, como por adivinación, contestaron, sin quererlo: Ha nacido el rey de los reyes, el dios de los dioses, la Luz emanada de la Luz. Y he aquí que uno de los dioses ha venido a anunciarnos su nacimiento, para que vayamos a ofrecerle presentes, y a adorarlo. Ante cuya revelación, todos, jefes, magistrados, capitanes, se levantaron, y preguntaron a sus sacerdotes:¿Qué presentes conviene que le llevemos? Y los sacerdotes contestaron: Oro, incienso y mirra. Entonces tres reyes, hijos de los reyes de persia, tomaron, como por disposición misteriosa, uno tres libras de oro, otro tres libra de incienso y el otro tres libras de mirra. Y se revistieron de sus ornamentos preciosos, poniéndose la tiara en la cabeza, y portando su tesoro en las manos. Y, al primer canto del gallo, abandonaron su país, con nueve hombres que los acompañaban, y se pusieron en marcha, guiados por la estrella que les había aparecido. Y el ángel que había arrebatado de Jerusalén al profeta Habacuc, y que había suministrado alimento a Daniel, recluido en las cueva de los leones, en Babilonia, aquel mismo ángel, por la virtud del Espíritu Santo, condujo a los reyes de Persia a Jerusalén, según que Zoroastro lo había predicho. Partidos de Persia al primer canto del gallo, llegaron a Jerusalén al rayar el día, e interrogaron a las gentes de la ciudad, diciendo:¿Dónde ha nacido el rey que venimos a visitar? Y, a esta pregunta, los habitantes de Jerusalén se agitaron, temerosos, y respondieron que el rey de Judea era Herodes.

Sabedor del caso, Herodes manda a buscar a los reyes de Persia, y, habiéndolos hecho compadecer ante él, les preguntó:¿Quiénes sois?¿ De donde venís?¿Qué buscáis? Y ellos respondieron: Somos hijos de los reyes de Persia, venimos de nuestra nación, y buscamos al rey que ha nacido en Judea, en el país de Jerusalén. Uno de los dioses nos ha informado del nacimiento de ese rey, para que acudiésemos a presentarle nuestras ofrendas y nuestra adoración. Y se apoderó el miedo de Herodes y de su corte, al ver a aquellos hijos de los reyes de persia, con la tiara en la cabeza y con su tesoro en las manos, en busca del rey nacido en Judea. Muy particularmente se alarmó Herodes, porque los persas no reconocían su autoridad. Y se dijo: El que, al nacer, ha sometido a los persas a la ley del tributo, con mayor razón nos someterá a nosotros. Y, dirigiéndose a los reyes, expuso: Grande es, sin duda, el poder del rey que os ha obligado a llegar hasta aquí a rendirle homenaje. En verdad, es un rey, el rey de los reyes. Id, enteraos de dónde se halla, y, cuando lo hayáis encontrado, venid a hacérmelo saber, para que yo también vaya a adorarlo. Pero Herodes, habiendo formado en su corazón el perverso designio de matar al niño, todavía de poca edad, y a los reyes con él, se dijo: Después de eso, me quedará sometida todas esas naciones.

Y los magos abandonaron la audiencia de Herodes, y vieron la estrella, que iba delante de ellos, y que se detuvo por encima de la caverna en que naciera el niño Jesús.

En seguida cambiando de forma, la estrella se tornó semejante a una columna de fuego y de luz, que iba de la tierra al cielo. Y penetraron en la caverna, donde encontraron a María, a José y al niño envuelto en pañales y recostado en el pesebre. Y, ofreciéndole sus presentes, lo adoraron. Luego saludaron a sus padres, los cuales estaban estupefactos, contemplando a aquellos tres hijos de reyes, con la tiara en la cabeza y arrodillados en adoración ante el recién nacido, sin plantear ninguna cuestión a su respecto. Y María y José les preguntaron:¿ De dónde sois?Y ellos les contestaron: Somos de Persia. Y María y José insistieron:¿Cuándo habéis salido de allí? y ellos dijeron:

Ayer tarde había una fiesta en nuestra nación. Y, después del festín, uno de nuestros dioses nos advirtió: Levantaos, e id a presentar vuestras ofrendas al rey que ha nacido en Judea. Y, partimos de Persia al primer canto del gallo, hemos llegado hoy a vosotros, a la hora tercera del día.

Y María, agarrando uno de los pañales de Jesús, se lo dio a manera de elogio. lo recibieron de sus manos de muy buen agrado, aceptándolo, con fe, como un presente valiosísimo. Y, cuando llegó la noche del quinto día de la semana posterior a la natividad, el ángel que les había servido de guía, se les presentó de nuevo bajo forma de estrella. Y lo siguieron, conducidos por su luz, hasta su llegada a su país.

Vuelta de los magos a su tierra

Los magos llegaron a su país a la hora de comer. Y Persia entera se regocijó, y se maravillo de su vuelta.
Y, al crepúsculo matutino del día siguiente, los reyes y los jefes se reunieron alrededor de los magos, y les dijeron: ¿Cómo os ha ido en vuestro viaje y en vuestro retorno? ¿Qué habéis visto, qué habéis hecho, qué nuevas nos traéis?¿Y a quién habéis rendido homenaje? Y ellos les mostraron el pañal que les había dado María. A cuyo propósito celebraron una fiesta, a uso de los magos, encendiendo un gran fuego, y adorándolo. Y arrojaron a él el pañal, que se tomé en apariencia a fuego. Pero, cuando este hubo extinguido, sacaron de él el pañal, y vieron que se conservaba intacto, blanco como la nieve y más sólido que antes, como si el fuego no lo hubiera tocado. Y, tomándolo , lo miraron bien, lo besaron, y dijeron: he aquí un gran prodigio, sin duda alguna. este pañal es el vestido del dios de los dioses, puesto que el fuego de los dioses no ha podido consumirlo, ni deteriorarlo siquiera. Y lo guardaron preciosamente consigo, con fe ardiente y con veneración profunda.