El artista del engaño desvía con facilidad a los seguidores del camino, entonces ¿que se puede decir de quien desconoce el sentido y la razón de su existencia?
Las buenas intenciones solas no bastan en el curso del camino, tenemos que esforzarnos por tener un ritmo de vida consagrado a la voluntad férrea del camino cual es construir en nuestro interior fe y acción de día y de noche comprometernos en la obra del Cristo, que es el sendero que conduce a las almas a la liberación y al Reino de la Luz.
El solo deseo de hacer las cosas no basta, se debe cruzar por el mar tempestuoso de las amarguras y de las dificultades, ser firme ante las pruebas es vital y necesario para purificar el oro en la más ardiente templanza de la fe y de la constancia.
Vivir en la oscuridad es fácil, pues no nos compromete al trabajo solo somos presa del destino, del dolor, de las circunstancias de la cotidianidad.
Vivir dormido implica reaccionar a todo propósito y deseo del príncipe del engaño, es urgente volvernos fuertes en nuestras necesidades espirituales, debemos hacer de nuestra voluntad un arma una espada que nos proteja nos de la firmeza y constancia.
En muchas ocasiones en el momento del descanso del cuerpo físico, a las almas se les lleva a lugares, regiones y encuentro con personajes para despertarles sobre sus intenciones y propósitos primarios, pero pocos somos observadores y conscientes de estos mensajes, aun a estos se les hace caso omiso y buscamos por todos los medios ignorarlos.
El artista del engaño no está solo el tiene sus secuaces, sus colaboradores quienes desde lo más interno de la mente controlan nuestra voluntad, es la voluntad hacia la búsqueda la que tenemos que forjar y afirmar, porque es ésta la que el enemigo primero ataca, volviéndola frágil y presa de sus malsanas intenciones.
Tiene sentido nuestra vida, si entregamos todos nuesrtros anhelos y propósitos al sendero a la unción con Cristo
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